Cuando las hormigas de fuego corretean por las tripas
la hiel es la cortesía que en la noche nos mantiene
despiertos
para no morir en alma y seguir olisqueando el infinito.
Así despierta una por la mañana enredada en su propia
biografía,
buscando entre las sábanas el limite de ésta locura
microscópica.