Me quedo con el recuerdo anémico,
lagunas en todo mi cuerpo,
los ojos rotos de hacer el sueño.
Era tu lengua el sabor a infinito
una dulce selva para esconderse
de las plagas de lluvia urbana,
los hados de las causas perdidas
que fuerzan otra brutal caída
nunca se acaba,
nadie se calla,
nada se olvida del todo.
Así seguiré como maleza exótica
hasta que se desangren las nubes
y no quede
verde.