sábado, 13 de octubre de 2012

Le miré los ojos al cielo


Le miré los ojos al cielo
y me quedé con las ganas
de probar su silencio,
de besar sus luceros,
de apoyarme en su vientre
dónde florece el prístino verso

viernes, 12 de octubre de 2012

A veces soy un trocito de lluvia


A veces soy un  trocito de lluvia
que resbala por los muslos de la gravedad
hasta llegar al suelo y convertirme en fango.
Luego llega un astro que me hace piedra,
una senda entre montañas preñadas de historia
que algunas bestias me cuentan en lengua muerta.
También hay una ave que bucea entre las nubes
fisgando el correo de un cielo en estado anémico,
una casa que fue ruinas que mañana será inmueble,
muchos pies de terciopelo frisando la posteridad,
aplaudiendo a la inmortalidad que quizá nunca llegue.
¡qué más nos da!
Si aún gozamos algarabías de un presente irreversible,
si aquello que esta muerto quizá aún pueda vivir.

Las noches son el agua de flores secas


Las noches son el agua de flores secas,
misantropía de la erótica rota en el pecho,
los rumores son veneno en la garganta
y en mis manos el último pan.
No hay dilaciones sin justicia
pero mis labios son seniles
y mi voz tuerta.

lunes, 8 de octubre de 2012

Invierno


Como al invierno desgraciado
que le arrebatan el alborozo de las flores,
pasaje bruno empapado de lagrimas tuertas.
Soy crepúsculo inmaduro que adormece
hasta a las moscas.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Hoy gritarán los relojes


Quizá tengamos el vicio en la sangre
demasiadas tumbas abiertas,
más de cien mil heridas sinceras
pero hoy gritarán los relojes...
Vosotros sois mi cielo
y yo un pajarillo que tan solo pretende
sacudir a la muerte hasta que el aire
se agote.

Cuando la noche se me hace anciana


Solo pretendo resistir a las auroras
para no dormirme y amanecer muerta.
La noche amor, se me ha hecho anciana
y no puedo evitar preguntarme donde narices
esconderá la trama de lo que nunca he sido.
Yo no quiero ver como se apagan las estrellas
ni que se vele el tinte de una flor,
tampoco pretendo que dios me rompa el bostezo
otra vez,
pero el hambre ya me ha saciado,
la sed, desconfía de mi piel…
Me cuesta tanto aceptar la herencia del olvido
que se me ha hecho tarde.
Seguiré el rastro de la noche que nadie ve
aunque su rocío se me enganche en el pecho.
Resistiré,
con la convicción de que no voy a estar peor. 

Desaparecida

  Se busca mujer de 33 pelo castaño y 155, los justos. Ojos oscuros, encorvados, esos que se te quedan cuando miras una última sin d...