Luché contra la luna,
morí entre los muslos de la noche…
Si, la tristeza me hizo mujer,
medio hombre
con las manos desvestidas y etéreas
sin mas arena que arrojar sobre la playa.
Me hizo la garganta ciega,
me despedí de tu voz entre el zumbido de una mosca,
quedó sangre entre mis labios,
sabor de una guerra apasionada.