Unos dulces y eternos versos
un domingo huérfano
de biografías solitarias.
Una tesis del querer
inacabada.
Una madre que calla el dolor
con sus labios que son la pluma
y su vientre el papel.
lunes, 25 de febrero de 2013
Hasta que no quede verde
Me quedo con el recuerdo anémico,
lagunas en todo mi cuerpo,
los ojos rotos de hacer el sueño.
Era tu lengua el sabor a infinito
una dulce selva para esconderse
de las plagas de lluvia urbana,
los hados de las causas perdidas
que fuerzan otra brutal caída
nunca se acaba,
nadie se calla,
nada se olvida del todo.
Así seguiré como maleza exótica
hasta que se desangren las nubes
y no quede
verde.
miércoles, 23 de enero de 2013
El tiempo deshabitado
Busqué al culpable que mordió todo mi tiempo
pero es verdad que para entonces
ya estaba deshabitado.
Desayunaba con las venas descubiertas,
el poso del café era el oyente de tu ausencia.
Ahora las piedras se ahogan en mi carne
y en el cielo,
un pez muerto ya no estuca tus pisadas.
lunes, 10 de diciembre de 2012
La urbanidad de tu silencio
El viento asedia todo tu recuerdo,
mordisquea mis tobillos
hasta adosarme a tu ventana
como cualquier otra triza
que emigra del cielo.
Sabes que sigo viviendo en tu piel,
sólo existo entre tus manos,
dos animales salvajes
que domestican mis pechos.
Mi sino gestándose en tus muslos
sigue la ruta de tu mirada
hacia mi casa que es tu cama.
Ya sabes que eres el mejor lugar
para descuidarse entre los sueños.
Me bautizo con tus besos albinos
y como un pájaro de la noche
retozo entre tus ramas.
Me pierde la urbanidad de tu silencio,
quizá no debí respirar tanto de tu aliento
-me digo-
ni abrirme las venas para que olieras mi sangre
ni escribirte un te quiero en las pestañas...
Me prendí del erotismo de un dístico elegiaco
-presuntamente eterno-
que nos ha vuelto dos espigas contrariadas.
Quizá no viva una anti historia peor,
ahora que tu cepillas otros cabellos en el alba
yo no soy más que otra letra de un alfabeto primario.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Ya no quiero más aire
Ya no quiero mas aire
si los segundos son un desastre irreversible
y el olvidado el modo de vacilarle al tiempo.
El orvallo del silencio se refugia en mi paladar,
las palabras son un cáncer
ladras y ladras,
sufres y matas...
¡Ya basta!
Si es verdad que he de vivir en la afasia de los besos,
que no soy más que un garabato sobre tu suelo,
una desertora de la erótica de los versos
con la voz triturada en un bote de conserva...
Si no soy más que materia vagabunda en el espacio
deja al menos que muera desgastada por el tiempo.
¡que sea escombro!
Pero lejos de ti.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
De la lluvia, el autobús y una despedida.
Parece que todo huele a una sinfonía improvisada
pero ya sabes que el cielo aún sigue plomizo
e insiste en dejar sonar su pulso entre las ventanas.
Sólo en la abundancia de acento triste se percibe
cada calle que pasa como otro mundo desairado
donde la gente se muda el alma;
aun así sus costumbres hormiguean por mi cuerpo
hasta matarme de cosquillas.
Parece una bonanza sensible a tus ausencias,
la peor distracción estudiada…
Y es que en realidad todo sigue sabiendo a usado,
quizá si llegase a la próxima parada…
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Como un tornillo huérfano
Ahora que se acerca el invierno
el aliento del cierzo muerde el verde,
la lluvia planta mares postizos en el suelo
y tu que llegas como el frío
me arañas por la espalda hasta doler.
Soy un verso cuajado,
un tornillo huérfano.
Me invitas a dormir descalza
en otra casa,
en otra cama
pero en la misma estúpida ciudad cortada,
cuestionando hasta mi propia dignidad,
respirando al azar,
viviendo con la luz apagada.
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